martes, 19 de junio de 2012

Como me envió el Padre, asi también yo os envío: Cristo crece y se fortalece en la presencia de Dios

Estimados Hermanos en Cristo Jesús; que Dios nuestro Padre y nuestro señor Jesucristo nos den la plenitud de su gracia a fin de poder entender su voluntad.

"Y el niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios era sobre él"(Lucas 2:40).

" Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres."(Lucas 2:52)

Dando continuidad a nuestra serie de mensajes, ahora vamos a ver cómo fué la niñez y adolescencia de Jesús. Teniendo en cuenta lo cuan semejante fué la vida de Cristo en este mundo a la nuestra y cómo Dios quiere que imitemos a su hijo en todas las cosas es que escribimos este mensaje para todos aquellos que son padres de niños, de adolescentes y para todos los jóvenes que viven en medio de una familia cristiana, para aquellos jóvenes que están comenzando a recorrer el camino de la fe.

Bajo su condición de hombre, Dios escogió para los primeros años de Jesús en la tierra a María y José, un hombre y una mujer temerosos de Dios, fieles a obedecer su voluntad, que jamás inducirían al niño a cometer acciones que desagraden al Padre Celestial.

Jóven, si tu vives en medio de una familia fiel a Cristo, tus padres adoran al Dios vivo y se someten a la sana doctrina, agradece a Dios y alábalo porque no te imaginas de cuantos males te ha librado.

¡Cuan importante es esto padres que aman a Cristo! Si hoy ustedes gozan de tan tremenda bendición es para que sean responsables del crecimiento y fortalecimiento de vuestros hijos en la presencia de Dios, toda la vida de Cristo es nuestro perfecto ejemplo a seguir por donde la miremos.

Cuando María y José recibiero tan tamaña bendición y responsabilidad, les generó todo un cambio, muchas cosas ellos no entendían pero las guardaban en sus corazones, la presencia de Jesús en medio de ellos les hizo ver que tan cerca estaba el Reino de Dios, más bien Dios ya estaba reinando en sus vidas, así también Dios tiene que Reinar en nuestras vidas y en medio de nuestros hijos, todo esto genera un cambio radical en nuestras vidas, que debemos con toda voluntad aceptar y confiar en el Señor que todo es para nuestro bien.

Ellos escuchaban decir de aquel ser que estaba en medio de ellos tantas cosas maravillosas que no las comprendían, nosotros debemos detenernos y escuchar todo lo que Dios quiere decirnos respecto a nosotros y de nuestros hijos, aprendamos a oír las bendiciones que Dios quiere darnos por medio de nuestra familia y lo cuán útil le somos para su Reino, no te imaginas lo útil que será aquel niño o niña que hoy alzas en brazos, Dios está adelante nuestro por años, no es de su voluntad que se pierda y es nuestra obligación no hacerle errar.

Si Dios los ha hecho sus hijos, él también quiere que toda vuestra generación sea suya, el ha escogido vuestros hogares para que sean su iglesia y para levantar más hijos e hijas del Reino para su gloria y honra, pero para esto son ustedes padres los que deben velar por ellos con todo ejemplo de vida.

Sus hijos deben ver en ustedes a un hombre y mujer que aman al Señor, que se deleitan en su Palabra, que oran con toda perseverancia, que todo lo agradecen, que viven haciendo la voluntad de Dios, que rechazan lo malo de este mundo, no deben temer, sino confiar en Dios quien les dará toda sabiduría para guardar a vuestros hijos del mal y guiarlos por el verdadero camino.

El Señor les revelará cada peligro que intente atacar a vuestros hijos para que ustedes obedezcan y asi vean la mano del Señor cuidando de ustedes y de toda vuestra casa.

No se olviden de como el Señor le aviso a José del peligro que acechaba a Jesús cuando Herodes lo buscaba para matarlo y como le dió instrucciones para que huyera a Egipto y una vez muerto el rey le dió nuevas instrucciones para que regresaran tranquilos. Todo este maravilloso acontecimiento sucedió porque aquella familia le pertenecía y porque había un santo ser en medio de ellos. ¡Jesús está en medio nuestro!

Tus hijos son una bendición de Dios, y si están esperando un hijo alegrensé en Dios por tan precioso regalo, toda la familia es bendecida en la presencia de Dios.

Pero debemos ser como José y María, tenemos que ser fieles a Dios en todo.

Padres, nosotros somos los responsables por nuestra casa, debemos gobernarla bien, en realidad el Señor nos enseñó que si no somos semejante a los niños no podremos entrar en su Reino, a la verdad todos nos volvemos como niños y así como el Señor Jesús vino a este mundo por la obra poderosa del Espíritu Santo, nosotros también cuando nacemos de nuevo lo hacemos por el mismo poder del Espíritu Santo, entonces nuestra simiente cambia, nuestra mente se transforma y nuestro corazón se somete y deja reinar al único Rey que es el Señor, nos hacemos del mismo sentir de Cristo.

Notemos como Jesús crecía y se fortalecía en Dios, como el Señor estaba con Él, como la gracia de Dios reposaba sobre Él, quizás me pueden decir, pero Él era Cristo, pero Jesús nos hace hijos de Dios, así que podemos confiar plenamente que Dios estará con nosotros y con nuestros hijos de la misma manera que estuvo con Jesús durante su vida en la tierra.

Creo que para nosotros padres no existe gozo tan grande que ver a nuestro hijos crecer en sabiduría y fortaleza en Dios, ver como ellos están llenos de la presencia del Señor, como ellos se involucran en las cosas del Reino, como tienen necesidad de orar, de leer la Biblia, de cantar a Dios, de agradecer los alimentos, de rechazar lo malo y otra cosa hermosa es cuando aún siendo pequeños les enseñan a otros niños acerca de Jesús y también nos enseñan a los grandes tantas cosas.

"Iban sus padres todos los años a Jerusalén en la fiesta de la pascua; y cuando tuvo doce años, subieron a Jerusalén conforme a la costumbre de la fiesta. Al regresar ellos, acabada la fiesta, se quedó el niño Jesús en Jerusalén, sin que lo supiesen José y su madre. Y pensando que estaba entre la compañía, anduvieron camino de un día; y le buscaban entre los parientes y los conocidos; pero como no le hallaron, volvieron a Jerusalén buscándole. Y aconteció que tres días después le hallaron en el templo, sentado en medio de los doctores de la ley, oyéndoles y preguntándoles. Y todos los que le oían, se maravillaban de su inteligencia y de sus respuestas. Cuando le vieron, se sorprendieron; y le dijo su madre: Hijo, ¿por qué nos has hecho así? He aquí, tu padre y yo te hemos buscado con angustia. Entonces él les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar? Mas ellos no entendieron las palabras que les habló"(Lucas 2:41-50).

¡Imagínense este cuadro en sus hijos adolescentes! Esto no está escrito solo para decir "Que hermoso era el Señor aún de niño" sino para que creamos que es de la voluntad del Padre que nuestra vida y la de nuestros hijos sea igual, esto lo glorifica, vuelvo a insistir, la vida del Señor es toda un ejemplo vivo para nosotros, nuestros hijos deben estar involucrados en los asuntos del Padre Celestial.

Mientras hoy muchos niños y adolescente están siendo corrompidos por el mundo, nuestros hijos se van fortaleciendo y santificando por el Señor para seguir expandiendo el Reino de Dios, con Jesús la primicia de todo, el primero en todo, seguimos todos nosotros de la misma manera si es que reposa el Amor de Dios en nosotros.

Tú también jóven que estás empezando el camino de la fe, no mires para los hombres, sino para Jesús, en Él encontrarás el mejor ejemplo de todos, no te enriedes en la cosas de este mundo y huye de toda la carnalidad que en él existe, no seas cómplice de lo errado, tú sigue lo que es agradable a Dios.

Utiliza toda tu juventud para servir con todas tus fuerzas y amor al Señor, porque eso es lo que quiere de ti, Él no quiere un jóven atrapado por los deseos carnales de esta vida ni distraído por tantas amistades que no son buenas.

Él no necesita tu boca llena de palabras impuras, corrompidas, sino que Él necesita tu boca pura para anunciar su evangelio y proclamar que Él es Justo, Santo y que su Amor no tiene fin. Él quiere tu mente para si.

"Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor"(2Timoteo 2:22).

Así como se gozaron muchos de la venida de Jesús, así también muchos se gozarán con el nacimiento de cada hijo de Dios, porque muchas veces no nos damos cuenta la bendición que representamos para nuestros familiares, y a veces no nos damos cuenta de la bendición que representa la venida de un nuevo hijo, los hechos relatados en la Biblia no son ficción, son el testimonio del poder de Dios obrando en cada vida, en cada generación que le agradó a lo largo de toda la historia de la humanidad y ese mismo poder sigue obrando hoy en todos aquellos que le aman y buscan de corazón sincero

Hermanos; la pregunta es ¿estamos siendo ejemplo para nuestros hijos? ¿Pedimos al Señor su dirección? ¿Él nos está dando instrucciones acerca de los peligros que acechan a nuestro hijos?

Quizas ellos están siendo bombardeados y no nos damos cuenta, lo peor es que de cada ataque que queda sin hacerse frente con la armas espirituales, hacen que nuestros hijos retrocedan y el enemigo va ganando campo; es que si en nuestra casa no nos gobierna la autoridad verdadera del único Rey, quiere decir que nos revelamos ante ella, no exite otra posibilidad, o nos sometemos o nos revelamos.

Cuando María recibió las instrucciones de parte de Dios, sus palabras fueron "Hagase con tu sierva conforme a la voluntad del Señor"

Cuando José tuvo miedo y recibió palabra de consuelo e instrucciones obedeció sin cuestionar. ¿Y nosotros?

¿Compartimos con nuestros hijos todos los días el Evangelio del Señor?

Jesús con tan solo doce años en su condición de hombre compartía el Evangelio con todos.

Porque no hemos sido enviado solo a predicar a los de afuera, sino también a los de nuestra propia casa, porque esto hacía Jesús y todos aquellos que siguieron sus pasos.

El Reino de Dios debe comenzar en nuestra propia casa y de ahí expandirse.

En Cristo todos somos niños e hijos de Dios. Que Dios fortalezca y haga crecer a todos sus hijos en su presencia.

Dios los bendiga.